EN TORNO A LA “BIBLIOTECA DE BARCARROTA”
Por Justo Vila
La Biblioteca de Barcarrota es un conjunto de diez libros impresos y un manuscrito, del siglo XVI, que se encontraron emparedados en el verano de 1992 en el doblado de una casa, mientras se hacían reformas en la misma.
El hallazgo fue dado a conocer en diciembre de 1995, cuando la Junta de Extremadura compró el fondo bibliográfico a la familia propietaria de la vivienda, custodiándose desde entonces en la Biblioteca de Extremadura.
Los libros encontrados, tras cuatro siglos y medio escondidos, fueron publicados en la primera mitad de siglo XVI (hasta 1554). Tienen en común su carácter heterodoxo, su condición de textos comprometedores, estando la mayoría de ellos incluidos en el Índice de la Inquisición, es decir, que eran libros prohibidos en aquella época.
Ciertamente, lo que primero llamó la atención de lo encontrado en Barcarrota fue un ejemplar del Lazarillo de Tormes, perteneciente a una edición de 1554, hasta entonces desconocida; mas, junto a esta joya de la literatura picaresca, forman parte de la Biblioteca de Barcarrota otros tesoros bibliográficos, como un manuscrito italiano de contenido sexual, un pequeño tratado de exorcismos, un ejemplar, también único, de La Oración de la Emparedada, en portugués; un tratado de quiromancia y una edición latina de la Lingua de Erasmo, libro muy difundido entre los falsos conversos de la época (los criptojudíos), que pudieron encontrar apoyo espiritual en este alegato erasmista en pro de la tolerancia y la verdadera caridad...
Hay que considerar la heterogeneidad, también, en lo tocante a las lenguas en las que están escritas estas obras, así como a los lugares de impresión. Hay dos obras en castellano; una en portugués, otra en francés; cuatro en italiano y tres en latín; una de ellas, combinando el texto con el griego y el hebreo. Medina del Campo, Venecia, Lyon y París son algunos de los lugares en los que fueron impresos los libros encontrados en Barcarrota…
Contra lo que algunos ignorantes puedan pensar, el hallazgo de la Biblioteca de Barcarrota fue algo formidable en su conjunto: por el valor intrínseco de los libros, por su antigüedad y rareza... y porque nos invita, un poco, a pensar en nuestra identidad...
Los libros hallados en Barcarrota, escondidos por el médico Francisco de Peñaranda, según las investigaciones del historiador extremeño Fernando Serrano (DEP), son de un enorme interés para la historia de Extremadura: se rompen algunos tópicos, dando una dimensión inesperada al manido concepto de la España profunda, de la que algunos superficiales nos hacen modelo paradigmático.
Es cierto que un grano no hace granero, pero la demostración de la existencia de personajes como el ya no tan misterioso propietario de la Biblioteca de Barcarrota, es un soplo de optimismo para la moral de un pueblo tan maltratado por la Historia...
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